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martes, 21 de abril de 2009

RONS CON RONS MUCHO MÁS QUE RONS

AMOR E DOZURA É VIVIR

La playa del ayer ya pasado. Me sumerjo en la memoria y emerge el recuerdo.

El trabajo de muchos vuelos. Julio, aparentemente, invisible, detrás de la vela,
La extensa autopista aérea. Regateando, a todo trapo con viento del Norte fuerte.
El profesor El duro trabajo manual en una extraña máquina substituta del trabajo
Gritando, Humano. Demasiadas máquinas y poca mano de obra.
Sorprendido,
Enfadado.



A todos vosotros, Familia Pousa Blasco, por el amor que os tengo.



INTRODUCCIÓN


I
Me adentro en la memoria
Que de vez en cuando
Me visita.
Me sumerjo en el recuerdo
Me siento feliz
Y vuelvo a vivir
El momento pasado
Que ya no volverá,
Pero creerme: no lo puedo olvidar.

Figuras, paisajes, situaciones,
Mandatos, gritos y sonrisas
Vuelven a mi mente madura.
Pero creerme: ¡Cuánto me acuerdo!

¡Que bonito ser niño inocente
Entre niños concretos
En un mundo de mayores incomprensibles!
¡Qué extrañas personas mayores!
¡Qué tamaño enorme tenían aquellos adultos!
¡Qué bonito ser un niño entre muchos niños!

Veía para vuestra casa con pena:
Aún no llegaron.
¿Vendrán este año?

Rons permanecía en una tranquilidad incesante
Y yo me sentía muy feliz
Observando la belleza paisajística
Mientras el cariñoso viento del Norte
Acariciaba mi infantil cara.
Blancas gaviotas
Planeaban tranquilamente
Sobre el mar grisáceo
Con pequeños rizos plateados.

2

Fíjate como se va empapando
La casi dorada arena
Como el agua marina
Se va introduciendo
Sobre la superficie plana.
Fíjate en la ola espumosa
Que muere en la desesperada orilla.

El cielo, el cielo muy azul y algo blanco
Alguna nube despistada
Forma una extraña forma
Como si se tratara de un animal monstruoso
O un pez que vuela en la intensidad azul.

Las casas cansadas
Descansan sobre sus fuertes cimientos.

Me invade una intensa sensación feliz
Porque siento el espacio exterior
Siento los fuertes latidos de mi corazón
Entonces siento intensamente
La dimensión de vivir
Con una amplia sonrisa
Entre mis labios
Los mismos labios rojizos
Con los que beso a mi ser más querido.

La función vital es extensa
El paisaje hermoso
Y mi palabra
Un ruego quejumbroso
De amor intenso.

¡Oh amada infancia!
Refugio del tiempo pasado,
Playa viva
Mar despierto
Cielo abierto
Muelle dormido
Barco en movimiento casi constante
Ola extensa.
Infancia: solo una, personal,
Compartida y nada más.

Voy pasando las páginas
De la memoria
Y me encuentro en una calle
En la que el negro asfalto,
No existe,
Calle terrosa
Remolino ventoso
Periódico y hojas verdes y secas voladizas
Formando una espiral
Que en el aire se deshace.

Clavo la mirada infantil
Sobre la hermosa Ría de Arousa;
Al fondo de la intensa distancia
Y con cierta niebla borrosa
Observo la cumbre del Monte de A Curota.

Los blancos faros
Hacen de extraños y solitarios
Árboles marinos,
Mientras manchas negras cuadradas
Descansan sobre la obscura
Superficie de la dichosa Ría.

¡Qué hermoso el islote, Insuíña de Micaela!
¡Qué me decís del gran Con Roibo!
¡Qué me decís del Campo de Don Paco!

Y la memoria trabaja intensamente,
Emerge el querido paisaje,
Y escucho vuestras palabras amigas
En las noches estelares
De aquellos veranos inolvidables.

Viaje a un tiempo inexistente,
Pero que bonito es recordarlo,
Por eso estos versos de homenaje
A la querida memoria,
A la memoria inolvidable.


3


Emerge la memoria olvidada
En un rincón absurdo de la mente cansada.

Me acuerdo y ya no me acuerdo
Pero ya nunca podré olvidarlo.

Fue allá, a lo lejos, por el año de mil novecientos
Y ya no quiero acordarme.
Fue todo y todo intensamente bonito,
O dulce como un caramelo rojo de fresa
En la infantil boca
Tierno, dulce.
La luz del alba templada
Cubiertas de viejas dornas marineras
Negras y verdes.
Verdes como la mar verde.
Negras como la muerte negra.

Alba encendida de niñez perdida,
Olvidada y emergente
Como el humo intenso
De la hoguera nocturna
En alguna escondida habitación
De la memoria guardada
En un cajón de la mesita de noche
En la habitación del recuerdo
Segundo piso, puerta cinco.

Ya no me acuerdo pero nunca ya más lo olvido.

Adolescencia, brusco cambio corporal
Búsqueda de aquel placer intenso,
Por el cuerpo desconocido.
¿Qué ocultos misterios escondes
Detrás de tu transparente ropa?

Bonita playa, sosiego, conversación.
¿Será así?
¿Estás seguro?
La inseguridad puberal
Pulula en el ambiente
Como de un absurdo miedo se tratara,
Hacía el del misterio aun más misterioso.

La casa. La gran casa. Bella
Vestida de una piedra picada
A golpe de duro cincel
Mano, martillo, golpe, cincel.


La escalera larga
Se convertía en un improvisado
Patio de butacas escalonadas
Girando nuestras cabezas a la izquierda
Mientras nuestros ojos multicolores
Bailaban en imágenes de blanco y negro.

Mi buen padre grande,
Tan grande como un gran adulto
Te llamaba,
A su enorme sillón
De cómodos posabrazos
E intenso color entre vino tinto y rojo
Y tu como pequeña infantil criatura
Te sentabas en ese fantástico
En ese humano espacio de largas piernas.

Jardín hermoso,
Flores intensamente luminosas
Jugando a convertirse
En los colores del arco iris,
Árboles verdes
Como las verdes manzanas
Todo muy verde muy verde
Pero yo a igual que Federico, también,
La quería verde.

Juegos infantiles
Romanos contra cristianos
Cristianos contra romanos,
Indios y vaqueros,
Nadie quería ser indio maldito
Y perseguido Gran Jefe Cochís,
Todos vaqueros perfectos
Y mejor ser un sheriff
Con insignia brillante y plateada
Que indio condenado.

Pasaba el tiempo
Y parecía que el tiempo no pasaba
Y ya queríamos tener veintiún años.
¡Que pequeño me sentía!
Yo quería ser ya mayor
Pero no muy mayor.
Sintiendo gran respeto
A los no, todavía,
Ancianos abuelos.

Y vuelta con la extraña
Adolescencia: tremendo.
Inquietud sexual
Búsqueda del sexo opuesto
¡Qué respeto!
¡Que misterioso!
¿Cómo serán las mujeres desnudas?

Vista a la bella y negra melena de Cecilia.
¡Qué hermosa! Sí era de Cabra
andaluza de profesión
y Cordobesa de provincia
amante de las canciones del Dúo Dinámico.
Vuestras primas y Lisi;
Lisi de hermosa melena rubia,
Condenada posteriormente
A la comuna orensana.

No me olvido de mucho
Yo ante tanta chica hermosa
Me convertía un absurdo niño tontito
Pero os quería y os quiero mucho.


Aventuras marinas,
Velocidades vertiginosas
En aguas tranquilas.

Pescaderos de pequeños peces intrascendentes
En lugares habitados antiguamente por extraños seres
Quedando sus huellas bien marcadas
En el campo de Don Paco, querida Adriana.

Y te cuento y te puedo contar
Aquel pasado mágico
De noches de baile en una terraza
De un Gran Hotel.
¡Qué lujo!
Pero a mi me imponía el baile mucho.
La Nena y la buena Gloria
Bailaban con el buen Antonio.

Me voy más atrás en la memoria.

La oscura avioneta surcaba los cielos azules
De la hermosa Ría de Arousa
Todas las cabezas de Rons y cercanías
Observaban al cielo veraniego
Con extrañeza y curiosidad.
¡É D. Antonio!¡ Antonio, Antonio!
¡Válgame Dios y el Cielo, Toñete!
Pero ¿Cómo se te ocurre volar tan bajo?
Es que ésto no puede ser.
Dos cabezas sudorosas en la cabina transparente: Antonio y Arturo.
¡Esto no puede ser, Toñete.!
Barrio expectante, extraño aparato volador
Mosquito metálico
De alas largas
Y ruidoso motor potente
Con hélice vertiginosa
Surcando el cielo azul de Rons infantil
Adiós D. Antonio, Adiós Antonio,
Adiós Papaíto. ¡Toñete ésto no puede ser!
Adiós tío Arturo, adiós buen Arturo

Poco a poco se ordenaban las emociones precipitadas
Volviendo a dar los corazones bondadosos
Sus latidos habituales
Y la calma acostumbraba se dormía en Rons.
Carcajadas de niños juguetones
El sonido profundo e intenso
Del viento del Norte
Que no cesa
Que acariciaba las verdes hojas del maíz
El sonido de sus hojas
Y el viento veraniego acariciando
Nuestras caras morenas
Manchadas de salobre salitre.
Condimento imprescindible del agua marina

Fue tan bonito ser un niño mágico,
Adolescente asustadizo
Inquieto con infantil mente
Y joven alocado con ciertas pérdidas de rumbo vital
En un lugar hermoso dónde el Sol
Se acostaba por la provincia de A Coruña.

Miguel Dubois.
Correo electrónico:
migueldth2222@hotmail.com

Estos versos intentan ser, un pequeño gesto
De amor a vosotros.
Me resulta, casi imposible, dejar de pensar en vosotros.


Pontevedra, a 25/08/04.


Querido Fofi: quizás te parezca todo muy bonito, muy “guay”, pero a decir verdad no existe nada de eso. La belleza, sí no se comparte cae por su propio peso y nosotros ya pasamos de los “guays”.
Fue, para mí, una alegría este reencuentro, este volver a vernos, aunque no haya sido durante mucho tiempo, pero para mí fue “hermoso”. Lógicamente estamos mayores, pero creo que en el fondo de nosotros mismos seguimos siendo los mismos. Cambiamos en apariencia pero no en lo esencial.
Encontré a tu madre bastante bien. Ella es como si fuera una madre para mi. Aunque no esté, frecuentemente con ella. Es muy buena. Quitita no se dejó ver mucho y lo comprendo perfectamente al ser madre de sus dos hijos, pero la vi bien.
A Nana la vi como siempre y con ese buen sentido del humor y esa risa perfecta que inunda el ambiente. A Julio lo vi bien, también, pero como hacía muchos años que no os veía, lógicamente, se nota el paso del tiempo en todos nuestros rostros y en muchos de nuestros pelos. A ti Fofi, creo que hace más de 25 años que no te veía y sigues conservando tu buen sentido del humor, que a mi me hace reir mucho. Lo paso muy bien con todos vosotros.
Si quieres, o si ellos/as lo ven conveniente o no nos podemos intercambiar correos electrónicos; no me refiero como a los del chiste de ayer, si no más bien como método para comunicarnos, pero claro está, eso será a gusto de cada cual.
Fofi,te dejo y no te olvides de seguir siendo muy feliz.


Un fuerte abrazo:

Miguel.